Comunidad de aprendizaje conoció experiencias innovadoras de aprendizaje en Neurociencia
Rodrigo Tapia es el director de Educación y Extensión del Instituto Milenio de Neurociencia Biomédica (BNI) de la Universidad de Chile. En tal calidad, ha participado de un proceso de vinculación entre las academias universitaria y escolar, con el fin de que ciencia y magisterio se retroalimenten en pos de una mejor educación para el país.
“Nuestro programa es una colaboración con el Instituto Norteamericano Biointeractivo del Howards Hughes Medical Institute, que desarrollan el material con el que nosotros trabajamos”, explicó Tapia. “Es un programa que partió el año 2016. (…) Éste es el segundo taller que hacemos fuera de Santiago”, informó.
La actividad comenzó con una charla de Andrés Couve Correa, profesor titular del programa de Fisiología y Biofísica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, y director del Instituto Milenio de Neurociencia Biomédica (BNI), y luego abordó la evolución de los seres humanos enfocada, principalmente, en el bipedalismo (caminar en dos patas), el ciclo celular y su relación con el cáncer y la intolerancia a la lactosa. El financiamiento corrió por cuenta del Programa Asociativo Regional Explora Magallanes junto a la Universidad de Chile, y a ella fueron invitados los profesores del Programa de Indagación Científica para la Educación en Ciencias que participan de las comunidades de aprendizaje, cuyo objetivo, precisamente, es adentrarse en nuevas metodologías de enseñanza que impacten, positivamente, en la formación de sus estudiantes. Los docentes de ICEC, Hilda Carrera y Alan Maldonado, también apoyaron el taller.
“Fue una muy buena experiencia. Estaban todos muy entusiasmados. Espero que las actividades las hagan en la sala de clases”, comentó Tapia. En cuanto a la relación que existe entre ciencia y magisterio, reflexionó: “Creo que es un área que se está trabajando y desarrollando. Por supuesto que falta, pero lo ideal es que ese proceso de conexión entre científicos y profesores sea una relación horizontal, por la visión más o menos anticuada de que el científico venía a enseñarle ciencia a los profesores; me parece que está errada, y creo que la forma de hacerlo es aprender y generar un aprendizaje mutuo. Nosotros hemos aprendido mucho trabajando con los profesores, los talleres no los hacemos nosotros científicos; los hacen otros profesores con los que nosotros trabajamos. Entonces, la idea un poco creo que hace falta que los científicos se involucren más en educación, sin duda, y que sea un trabajo colaborativo con los profesores y haya un aprendizaje mutuo. Creo que eso es lo más importante”, finalizó.